TODO LO QUE TU PUEDES HACER
Desde la experiencia clínica diaria y estudios científicos que así lo avalan, el papel de la familia es fundamental en el proceso de recuperación de un TCA.
Con frecuencia vemos en consulta, padres desesperanzados y angustiados ante el diagnóstico o agotados de lidiar con una problemática compleja, en el que todos los miembros del núcleo familiar se ven afectados, en mayor o menor medida.
Desde Arbore trabajamos codo a codo con cada miembro de la familia, capacitando, acompañando y dando herramientas, para que el trabajo profesional sea continuado en el domicilio, que es en definitiva el lugar de encuentro y convivencia, así como el sostén fundamental del paciente con trastorno alimentario. Desde este planteamiento, los familiares (padres, hermanos u otros miembros significativos para la persona en tratamiento) tienen mucho que aprender y sobre todo, mucho que aportar.
Aquí van algunos puntos relevantes:
-COMUNICACIÓN: En todos los casos, la comunicación intrafamiliar se ve afectada ebinterrumpida, siendo los síntomas y el propio trastorno alimentario quien toma la palabra e inunda cada espacio de la familia. Vemos a menudo, como el diálogo entre los miembros se centra en la comida, el ejercicio, los vómitos o cualquier otro síntoma más o menos llamativo y se pierde la capacidad de escucha, de empatía, donde no es posible hablar de sentimientos, de las cosas que nos preocupan, de lo que nos hace reír o lo que nos duele, donde no hay posibilidad de futuro porque todo es enfermedad y miedo. Es por esto, que es tan importante
favorecer espacios de diálogo y encuentro…-
ESPACIOS PARA COMPARTIR: Es habitual que en nuestro día a día nos cueste encontrar espacios comunes, (acelerados por el trabajo, horarios dispares, responsabilidades…) a veces parece que apenas somos capaces de parar y sentarnos un rato en familia. Por este motivo, otro factor importante a tener en cuenta es no olvidarnos de buscar esos espacios de encuentro. Tomar conciencia y separar lo urgente de lo importante, nos ayudará a crear rutinas en las que todos los miembros de la familia encuentren el momento de compartir, charlar, disfrutar juntos de un paseo, una película…y sobre todo, uno de estos espacios, debería ser siempre al menos una comida al día, todos juntos, sin móvil, sin ordenador, sin televisiones…un ritual diario que cuidar, generando un ambiente tranquilo, de encuentro, de colaboración y escucha mutua.
-EVITAR COMENTARIOS INAPROPIADOS: Muchas veces de forma casi involuntaria, realizamos comentarios en relación al cuerpo o la imagen de otros. Nos mostramos críticos o juzgamos el aspecto físico de personajes famosos o que aparecen en los medios, hacemos comentarios sobre el cambio que ha dado algún miembro de la familia o nos juzgamos a nosotros mismos de forma negativa delante del resto…este tipo de comentarios, así como los relativos a la comida “esto es demasiado… ””cuánta grasa tiene este pescado, no?”…”yo con todo lo que he comido no voy a tomar postre…” “hoy tomo sólo una ensalada que me he pasado estos días…”, son sólo unos pocos ejemplos del sinfín de frases que de forma inocente puedes hacer a lo largo del día y que impactan de forma directa en una persona vulnerable o que esté lidiando con un TCA. De nuevo tomar conciencia, ser cuidadosos y evitar juicios relativos a la comida o a la imagen es fundamental, no sólo para acompañar a un familiar en tratamiento, sino como forma de tener siempre en cuenta al otro y al tiempo tratarnos un poco mejor a nosotros mismos.
-VALIDACIÓN: Por mucho que nos cueste en ocasiones entenderlo, por mucho que no seamos capaces de ponernos en su lugar (no se trata de eso), siempre podemos acompañar reconociendo los sentimientos del otro, dándoles el valor y la importancia que para la persona tienen en ese momento y estando al lado para lo que necesite. Con frecuencia no hacen falta muchas palabras, o grandes reflexiones, mucho menos consejos, estar al lado, poder decir “me cuesta entenderlo, pero estoy aquí y sé que para ti es muy difícil, cuenta conmigo” es todo lo que esa persona necesita escuchar. El vacío y la soledad son unas de las emociones más dolorosas con las que alguien que está sufriendo emocionalmente puede encontrarse. Tener alguien como un padre o una madre junto a ella, que no le juzgue, que respete lo que siente y que esté disponible, puede ser el mayor calmante y la mejor terapia del mundo. Nos faltan mucho más que iremos poco a poco compartiendo. Esperamos que puedan serviros de ayuda y algo importante de nuevo, muestra interés por sus aficiones, por sus gustos, sus intereses, hablar, hablar y hablar, genuinamente, jugar juntos, compartir… mucho más allá de los síntomas o de la enfermedad.