Cómo Afrontar las Navidades Cuando Sufres un TCA

Estudiante adolescente ansioso

Se acercan las Navidades y, aunque son fechas muy especiales, para muchos puede ser una época complicada, especialmente para aquellos que sufren un TCA.

Para las personas que sufren un trastorno alimentario el encuentro familiar alrededor de la mesa puede ser una situación de mucho estrés, que provoque el aumento de la sintomatología o haga que esas reuniones se vivan de manera tensa.

Puede aparecer miedo a subir de peso ya que se enfrentan a comidas y cenas copiosas concentradas en pocos días. También, pueden sentirse juzgados o presionados por otros miembros de la familia al insistirles en que prueben de todo. Si se da el reencuentro con allegados que no vemos habitualmente, puede surgir miedo a los comentarios sobre el físico que se puedan hacer de manera espontánea.

Como vemos, lo que para el resto puede ser un encuentro cómodo y natural, para una persona con TCA se convierte en una situación de estrés que genera mucha angustia.

Con la intención de que esos días se hagan más llevaderos, aquí van algunas recomendaciones para hacer de estas fiestas un momento más tranquilo; que nos sirva para comunicarnos mejor y ayudar así a la recuperación de nuestro ser querido.

– El cambio en las rutinas y horarios puede generar mucha angustia, así que, en la medida de lo posible, respetad los horarios de las comidas o bien, anticipad e informad a vuestro familiar sobre ello.
– No conviene que participen en la preparación de las comidas o recoger la mesa, ya que esto puede aumentar su ansiedad.
– Para evitar atracones, no es recomendable que los dulces estén a la vista durante esos días.
– Evitar realizar comentarios sobre lo que se ha comido, lo llenos que estamos, así como la intención de compensar o comenzar dietas en enero. Recordad que podéis mostraros como modelos de lo que se debe o no hacer.
– Dependiendo del momento en que se encuentren, no es conveniente que sepan con anterioridad lo que se va a preparar. Sin embargo, en algunos casos podemos pactar un menú que les de tranquilidad y atenuar así la sensación de descontrol en estas comidas.
– Debemos cuidar las sobremesas, ya que puede aumentar el nivel de ansiedad al tener la sensación de que se continúa sentado en la mesa y se “juntan” unas ingestas con otras.
– Es importante cuidar los reposos después de comer, que estén distraídas y fuera de la mesa. En los casos en que sean necesario, no descuidar el control del baño
– Hablar con ellos antes de las comidas señaladas para preguntarles de qué manera les podéis ayudar y recordarles que estáis ahí para animarlos y tranquilizarlos si se bloquean.

Ante todo, se debe tener en cuenta que son días difíciles para nuestro familiar y, por tanto, en cada caso, deberemos ajustar las expectativas y los objetivos, generando así un contexto de trabajo y superación, y no de mayor frustración. Recordad que el equipo terapéutico os orientará para adaptaros al momento en que se encuentran vuestras hijas. El apoyo y la comunicación de la familia con la persona afectada es vital para favorecer el proceso de cambio y la recuperación de la enfermedad.

 

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