TCA en Hombres
Normalmente, cuando se habla de trastorno de la conducta alimentaria, la atención social y mediática se concentra en las chicas que lo sufren. Sin embargo, los casos en hombres han ido aumentando poco a poco con los años, probablemente no porque existan más que antes si no porque es ahora cuando empiezan a registrarse, ya que a los varones les cuesta más llegar a pedir ayuda. Esto se debe al estigma asociado a este tipo de enfermedades, se las describe típicamente como “enfermedades de chicas”. Para un hombre, el reconocer que sufre un TCA podría constituir una amenaza para su masculinidad. Esta falta de conocimiento ha llevado a que los trastornos alimenticios que afectan a hombres sean menos estudiados y tratados, y a que quienes lo sufran se sientan más solos.
Pese a que es un hecho que el porcentaje de mujeres con TCA (90%) es mucho mayor que el de hombres (10%), en ningún caso debería descuidarse la prevención e intervención, ya que un efecto de este infra diagnostico es precisamente una mayor gravedad de la sintomatología dada la detección tardía. Aquí influyen también dificultades en el diagnóstico clínico específicas de género, como que no existen los marcadores físicos que se dan en las mujeres, como la amenorrea, y que las preocupaciones de los pacientes pueden no estar tan centradas en el peso, sino en la figura o tono muscular.
Pese a que gran parte del curso de la enfermedad es compartida entre hombres y mujeres, existen algunos síntomas concretos que se dan más en los primeros:
-Despunte tardío (16-19 años).
-Mayor diagnóstico de TCANE, trastorno por atracón y vigorexia.
-Diferencias en el ideal de cuerpo al que se aspira: en lugar de la delgadez, se busca la tonificación muscular.
-Mayor comorbilidad con otros trastornos, como depresión.
-Consumo de fármacos (esteroides anabolizantes) para aumentar la apariencia o el rendimiento físico.
-Estrategias de compensación más centradas en el ejercicio físico excesivo que en el vómito o el uso de laxantes.