Bullying y trastorno alimentario ¿Están relacionados?
Las relaciones de agresión y victimización entre escolares son en la actualidad altamente preocupantes. El fenómeno conocido internacionalmente como bullying, es una forma de conducta agresiva, intencionada y perjudicial, cuyos protagonistas son jóvenes escolares. Es una violencia física o psicológica, que se mantiene en el tiempo y es protagonizada por un individuo o en grupo, y dirigida contra otro que no es capaz de defenderse. Y es en este contexto escolar y adolescente donde, además, hay más riesgo para el desarrollo de un TCA.
Cada día vemos en consulta más casos de jóvenes con historias de acoso, hostigamiento, maltrato o burlas en el entorno social o escolar, que en los últimos tiempos se ha venido agravando por el (mal) uso de las redes sociales. Este tipo de prácticas, si bien no son exclusivamente dirigidas a las chicas, éstas se ven afectadas en mayor grado, siendo la exposición y comentarios en relación con el aspecto físico (tan importante en relación con la autoestima y
pertenencia al grupo en edad adolescente), unas de las más frecuentes y, aunque en un primer momento pueden llegar a pasar desapercibidas por el entorno, consisten en un problema grave que puede derivar en un gran sufrimiento emocional.
¿Podría haber entonces relación entre la aparición de un trastorno alimentario y haber sufrido bullying en la escuela?
Si bien la aparición de un TCA es debido a múltiples causas, numerosos estudios confirman que el bullying y otros acontecimientos vitales estresantes pueden tener un impacto negativo en la salud mental de los jóvenes y suponen un incremento del riesgo de sufrir un trastorno mental, incluido un TCA.
Como profesionales, familia, y personas de apoyo, debemos estar alerta ante señales de alarma, y sobre todo y lo más importante, favorecer el diálogo, comunicarse, compartir espacios de ocio y disfrute, perder el miedo a hablar acerca de las emociones o preocupaciones del adolescente y en caso de sospecha, no dudar en pedir ayuda a profesionales.
En la prevención, todos somos responsables, trabajando juntos con la familia, el entorno escolar y la red social con el fin de promover entornos seguros para nuestros jóvenes.